viernes, 3 de junio de 2011

ÚLTIMA TAREA

Esta es la última tarea, para la que existe como fecha tope el 10 de junio de 2011.


1. El punto de partida

En este primer ejercicio se trata de comprobar el interés por el arranque de una narración y de cuáles son las expectativas que nos despierta como lectores.

A partir del inicio de un relato, escribir un texto narrativo de unas 150 ó 200 palabras, esbozadas o redactadas (puede ser un relato autónomo o sólo una secuencia narrativa).

Escribir previamente en unas breves líneas cuáles son las expectativas que estos inicios narrativos crean en vosotros como lectores.

Elegir una de entre estas tres opciones:

1. La última vez que vi a Laura Montero fue un día que quedé con ella en su casa para devolverle unos apuntes. Nunca me había querido dar ni el más mínimo asomo de esperanza, pero en esa ocasión fue especialmente clara sobre la inutilidad de mis ansias de entablar algún tipo de relación con ella más allá de unos paseos por Princesa o por los pasillos de la Facultad.
2.Conocí a Rafael en el Café Comercial, cuando pocos meses después de la muerte de Franco estaba intentando ponerme en contacto con alguna organización política que me permitiera informarme, participar y encuadrarme fuera de los ámbitos de los restos de la dictadura o de las entonces omnipresentes organizaciones marxistas-leninistas, en las que había percibido desde mis primeras lecturas un carácter totalitario y antidemocrático, más inquietante aún que el siniestro régimen que aún no había terminado de extinguirse del todo.
3. Pilar miró con cierto desasosiego la mesa del comedor en la que deberían sentarse sus hijos, que ni habían llamado para anunciar una ausencia que se producía un día sí y otro también ni se sabía si vendrían a comer o no. Pensó en cómo podría haber vivido esos años en los que tuvo que sufrir las limitaciones materiales de subsistir mientras mantenía una familia numerosa. Convirtiendo su insatisfacción personal en un sentimiento de rencor y de desafección, comenzó a autoconvencerse de que era él quien estaba de más en su vida, el que encarnaba esa sensación de tiempo perdido, quien la había decepcionado inmensamente, la causa última de su frustración, un padre que no se había ocupado tanto como ella de sus hijos y que encima era el que comunicaba más afecto, el que quedaba bien.

martes, 5 de abril de 2011

LITERATURIZAR UNA NOTICIA.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/juez/archiva/caso/sedaciones/Leganes/elpepusoc/20070622elpepusoc_5/Tes

TAREA DE EXPRESIÓN ESCRITA



TAREA:

Literaturizar esta noticia, de forma que se convierta en un relato que vaya manteniendo la intriga del lector.

Fecha tope: 12 de abril de 2011 (en clase, impreso, o por correo electrónico a la dirección mmazouna@edu.ucm.es)




Dime te quiero, pero sólo por el chat



Un matrimonio en crisis se divorcia al descubrir que eran amantes a través de Internet


EFE - Belgrado - 16/10/2007
Se querían, pero sólo a través de Internet. Al descubrir que ellos mismos eran la misma pareja en la vida virtual y real se separaron. Así lo recoge hoy el semanario serbio Zabavnik, quien asegura que este matrimonio en crisis buscó pareja a través de Internet, el problema es que se encontraron uno al otro y se volvieron a enamorar.
Crearon una dependencia que se basaba en chatear los problemas de su matrimonio. Él le contaba a su propia mujer lo que no le gustaba de su matrimonio y ella también se desahogaba con su marido, ninguno sospechaba que esa pareja cibernauta era la misma que en la vida real.
Internet logró el milagro de los desaires que vivían en la vida real a las palabras cariñosas en el chat. Él empezó a llamarla "Azúcar" y ella "Príncipe de la satisfacción" a su pareja virtual. Cuando la relación se volvió lo suficientemente seria, decidieron encontrarse, pero la reunión disipó la ilusión, ya que resultaron ser la mujer y el marido que a diario tenían graves disputas y en la práctica de ninguna manera se denominaban con nombres cariñosos. Inmediatamente decidieron divorciarse alegando el engaño matrimonial como motivo.
El semanario serbio asegura que se trata de una pareja de la ciudad central bosnia de Zenica e indica que se debería plantear ante los psicólogos por qué una pareja se lleva excelentemente por Internet y mal sin el ordenador.
……………..

CUENTO DE QUIM MONZÓ

VIII. La Micología
"El porqué de las cosas" de Quim Monzó

Al rayar el alba, el setero sale de su casa con un bastón y una cesta. Toma la carretera y, un rato más tarde, un camino, hasta que llega a un pinar. De tanto en tanto se para. Aparta con el bastón la capa de pinocha seca y descubre níscalos. Se agacha, los recoge y los mete en la cesta. Sigue andando y, más allá, encuentra rebozuelos, oronjas y agáricos.
Con la cesta llena, empieza a desandar el camino. De golpe ve el sombrero redondeado, escarlata y jaspeado blanco, de la amanita muscaria. Para que nadie la coja le da un puntapié. En medio de la nube de polvo que la seta forma en el aire al desintegrarse, plop, aparece un gnomo con gorro verde, barba blanca y botas puntiagudas con cascabeles, flotando a medio metro del suelo.
Buenos días, buen hombre. Buenos días, buen hombre. Soy el gnomo de la suerte que nace en algunas amanitas cuando se desintegran. Eres un hombre afortunado. Sólo en una de cada cien mil amanitas hay un gnomo de la suerte. Formula un deseo y te lo concederé.
El setero lo mira despavorido.
Eso sólo pasa en los cuentos.
No -responde el gnomo-. También pasa en la realidad. Anda, formula un deseo y te lo concederé.
No me lo puedo creer.
Te lo creerás. Formula un deseo y verás como pidas lo que pidas, aunque parezca inmenso o inalcanzable, te lo concederé.
¿Cómo puedo pedirte algo si no consigo creer que haya gnomos que puedan concederme cualquier cosa que les pida?
Tienes ante ti un hombrecito de barba blanca, con gorro verde y botas con cascabeles en las puntas, flotando a medio metro del suelo, ¿y no te lo crees? Venga, formula un deseo.
Nunca se habría imaginado en una situación así. ¿Qué pedir? ¿Riquezas? ¿Mujeres? ¿Salud? ¿Felicidad? El gnomo le lee el pensamiento.
Pide cosas tangibles. Nada de abstracciones. Si quieres riquezas, pide tal cantidad de oro, o un palacio, o una empresa de tales y cuales características. Si quieres mujeres, di cuáles en concreto. Si luego lo que pides te hace o no realmente feliz, es cosa tuya.
El setero duda. ¿Cosas tangibles? ¿Un Range Rover? ¿Una mansión? ¿Un yate? ¿Una compañía aérea? ¿Elisabeth McGovern? ¿Kelly McGillis? ¿Debora Caprioglio? ¿El trono de un país de los Balcanes? El gnomo pone cara de impaciencia.
No puedo esperar eternamente. Antes no te lo he dicho porque pensaba que no tardarías tanto, pero tenías cinco minutos para decidirte. Ya han pasado tres.
Así pues, sólo le quedan dos. El setero empieza a inquietarse. Debe decidir qué quiere y debe decidirlo en seguida.
Quiero...
Ha dicho “quiero” sin saber todavía qué va a pedir, sólo para que el gnomo no se exaspere.
¿Qué quieres? Di.
Es que elegir así, a toda prisa, es una barbaridad. En una ocasión como ésta, tal vez única en la vida, hace falta tiempo para decidirse. No se puede pedir lo primero que a uno le pase por la cabeza.
Te queda un minuto y medio.
Quizás más que cosas, lo mejor sería pedir dinero: una cifra concreta. Mil billones de pesetas, por ejemplo. Con mil billones e pesetas podría tenerlo todo. ¿Y por qué no diez mil, o cien mil billones? O un trillón. No se decide por ninguna cifra porque, en realidad, en una situación como ésta, tan cargada de magia, pedir dinero de parece vulgar, poco sutil, nada ingenioso.
Un minuto.
La rapidez con que pasa el tiempo le impide razonar fríamente. Es injusto. ¿Y si pidiera poder?
Treinta segundos.
Cuanto más lo apremia el tiempo más le cuesta decidirse.
Quince segundos.
¿El trillón, entonces? ¿O un millón de trillones? ¿Y un trillón de trillones?
Cuatro segundos.
Renuncia definitivamente al dinero. Un deseo tan excepcional como éste debe ser más sofisticado, más inteligente.
Dos segundos. Di.
Quiero otro gnomo como tú.
Se acaba el tiempo. El gnomo se esfuma en el aire y de inmediato, plop, en el lugar exacto que ocupaba aparece otro gnomo, igualito que el anterior. Por un momento el buscador de setas duda de si es o no el mismo gnomo de antes, pero no debe de serlo porque repite la misma cantinela que el otro y si fuese el mismo, piensa, se la ahorraría:
Buenos días, buen hombre. Soy el gnomo de la suerte que nace de algunas amanitas cuando se desintegran. Eres un hombre afortunado. Sólo en una de cada cien mil amanitas hay un gnomo de la suerte. Formula un deseo y te lo concederé.
Han empezado a pasar los cinco nuevos minutos para decidir qué quiere. Sabe que si no le alcanzan le queda la posibilidad de pedir un nuevo gnomo igual a éste, pero eso no lo libra de la angustia.

amanita. f. Hongo con un anillo en el pie y las esporas blancas, que es comestible o venenoso según las especies.

FRAGMENTO DEL QUIJOTE

Atentísimamente le escuchaba Sancho, y procuraba conservar en la memoria sus consejos, como quien pensaba guardarlos y salir por ellos a buen parto de la preñez de su gobierno. Prosiguió, pues, don Quijote, y dijo:

- En lo que toca a cómo has de gobernar tu persona y casa, Sancho, lo primero que te encargo es que seas limpio, y que te cortes las uñas, sin dejarlas crecer, como algunos hacen, a quien su ignorancia les ha dado a entender que las uñas largas les hermosean las manos, como si aquel excremento y añadidura que se dejan de cortar fuese uña, siendo antes de cernícalo lagartijero: puerco y extraordinario abuso. No andes, Sancho, desceñido y flojo; que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmazalado, si ya la descompostura y la flojedad no cae debajo de socarronería, como se juzgó en la de Julio César. Toma con discreción el pulso a lo que pudiere valer tu oficio, y si sufriere que des librea a tus criados, dásela honesta y provechosa más que vistosa y bizarra, y repártela entre tus criados y los pobres: quiero decir que si has de vestir seis pajes, viste tres y otros tres pobres, y así tendrás pajes para el cielo y para el suelo; y este nuevo modo de dar librea no la alcanzan los vanagloriosos. No comas ajos ni cebollas porque no saquen por el olor tu villanería. Anda despacio; habla con reposo; pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala. Come poco y cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra. Ten cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos ni de erutar delante de nadie.

(MIGUEL DE CERVANTES. Don Quijote de la Mancha.)

En este texto hay dos partes claramente diferenciadas: la narración y el parlamento de Don Quijote. El personaje da a todas las frases la misma importancia e -implícita o explícitamente- insiste en la tesis de defender los rasgos de comportamiento positivos y desaconsejar los negativos.

- Explica el sentido del texto.
- ¿Cuál es la idea que se repite durante todo el pasaje?
- Analiza la función estructuradora de la repetición de imperativos a principio de frase.
- Analiza la función estructuradora de la repetición de oraciones causales.
- La permanente contraposición entre conductas positivas y negativas es un factor de cohesión. Analiza los rasgos semánticos de los términos que se refieran a las nociones de 'virtud' y 'vicio'.

TEXTO DE EDUARDO MENDOZA

ME DESPERTÓ UN RUIDO. No sabía dónde me hallaba ni qué hacía allí: los tentáculos del miedo paralizaban mi raciocinio. A tientas y más por instinto que por otra cosa oprimía la pera que colgaba del dosel, pero seguí sumido en la más completa oscuridad: quizá no había fluido eléctrico o quizá me había quedado ciego. Me empapó un sudor frío como si me estuviera duchando de dentro afuera, y me asaltaron, como siempre que atenaza el pánico, unas incontenibles ganas de ir de cuerpo. Agucé el oído y percibí pasos en el corredor. Los sucesos de la noche anterior en la que aún estaba inmerso empezaron a cobrar una nueva y amenazadora configuración: la cena, sin duda envenenada; la conversación, urdida para infundirme una confianza que hiciera de mí presa fácil; la habitación, una ratonera provista de los más artificiosos mecanismos de retención y tormento. Y ahora, el golpe final: unos pasos sigilosos, un mazazo, un puñal, el descuartizamiento, la sepultura de mis tristes restos a la sombra de los más recónditos sauces del río rumoroso, los gusanos voraces, el olvido, el negro vacío de la inexistencia. ¿Quién había concebido el plan de asesinarme? ¿quién había tejido la red en que me debatía como animalillo silvestre? ¿de quién sería la mano que habría de inmovilizarme? ¿de la propia Mercedes Negrer? ¿del rijoso expendedor de Pepsi-Colas?, ¿de los negros superdotados?, ¿de los ordeñadores de la lactaria? Calma. No debía dejarme llevar por aprensiones que nada de lo ocurrido justificaba todavía, no debía dejar que el recelo ocluyera las vías de comunicación, como tantas veces me había dicho el doctor Sugrañes en la terapia. El prójimo es bueno, me dije, nadie te quiere mal, no hay razón alguna para que te desmiembren, no has hecho nada que concite la inquina de cuantos te rodean, aunque éstos parezcan propensos a manifestarse en tal sentido. Calma. Todo tiene una explicación bien sencilla: algo raro que te pasó en la infancia; la proyección de tus propias obsesiones. Calma. En unos segundos se despejará la incógnita y podrás reírte de tus miedos infantiles.

(EDUARDO MENDOZA. El misterio de la cripta embrujada.)

En este pasaje narrativo el autor -en primera persona- va relatando hechos sucedidos, introduciendo reflexiones y planteando dudas sobre el desarrollo de la historia.

- Explica la secuencia de acontecimientos.
- Indica todas las palabras (verbos, adverbios y complementos circunstanciales) que indiquen la idea de tiempo.
- Divide el texto en partes atendiendo a su contenido.
- Comenta la función estructuradora y rítmica de la repetición de 'calma'.
- Estudia la función estructuradora de las marcas gramaticales: formas verbales y sintagmas nominales.
- Señala la coordinación y la sucesión de tiempos como factores de cohesión textual.

TEXTO DE CERVANTES

No ha muchos años que de un lugar de Extremadura salió un hidalgo, nacido de padres nobles, el cual, como un otro pródigo, por diversas partes de España. Italia y Flandes anduvo así gastando los años como la hacienda, y al fin de muchas peregrinaciones (muertos ya sus padres y gastado su patrimonio), vino a parar a la gran ciudad de Sevilla, donde halló ocasión muy bastante para acabar de consumir lo poco que le quedaba. Viéndose, pues, tan falto de dineros, y aun no con muchos amigos, se acogió al remedio a que otros muchos perdidos en aquella ciudad se acogen, que es el pasarse a las Indias, refugio y amparo de los desesperados de España, iglesia de los alzados, salvoconducto de los homicidas, pala y cubierta de los jugadores a quien llaman ciertos los peritos en el arte, añagaza general de mujeres libres, engaño común de muchos y remedio particular de pocos. En fin, llegado el tiempo en que una flota se partía para Tierrafirme, acomodándose con el almirante della, aderezó su matalotaje y su mortaja de esparto, y embarcándose en Cádiz, echando la bendición a España, zarpó la flota, y con general alegría, dieron las velas al viento, que blando y próspero soplaba, el cual en pocas horas les encubrió la tierra y les descubrió las anchas y espaciosas llanuras del gran padre de las aguas el mar océano.

Iba nuestro pasajero pensativo, revolviendo en su memoria los muchos y diversos peligros que en los años de su peregrinación había pasado, y el mal gobierno que en todo el discurso de su vida había tenido; y sacaba de la cuenta que a sí mismo se iba tomando una firme resolución de mudar manera de vida, y de tener otro estilo en guardar la hacienda que Dios fuese servido de darle, y de proceder con más recato que hasta allí con las mujeres. La flota estaba en calma cuando pasaba consigo esta tormenta Felipe de Carrizales, que este nombre es el que ha dado materia a nuestra novela. Tornó a soplar el viento, impeliendo con tanta fuerza los navíos, que no dejó a nadie en sus asientos; y así, le fue forzoso a Carrizales dejar sus imaginaciones, y dejarse llevar de solos los cuidados que el viaje le ofrecía; el cual viaje fue tan próspero, que sin recebir algún revés o contraste, llegaron al puerto de Cartagena. Y por concluir con todo lo que no hace a nuestro propósito, digo que la edad que tenía Felipe cuando pasó a las Indias sería de cuarenta y ocho años, y en veinte que en ellas estuvo, ayudado de su industria y diligencia, alcanzó a tener más de ciento y cincuenta mil pesos ensayados.

(MIGUEL DE CERVANTES. El celoso extremeño.)

- Resume el contenido referencial del texto.
- Indica la sucesión de acontecimientos en el relato a partir de las formas verbales correspondientes.
- Enumera las acciones relatadas en este fragmento en el orden en que sucedieron.
- Señala los rasgos de la función poética que aparecen en el texto.
- Analiza la estructura del fragmento y las marcas de cohesión.
- Distingue los términos connotativos de los denotativos.